domingo, 5 de julio de 2015

Nuestros Músicos


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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Antonio Estevez

El músico más profundo y emotivo de la gene­ración de compositores nacio­nalistas fue Antonio Estévez. En 1926 ingresó como miembro ejecutante de genis5 a una banda que había sido fundada ese año en el estado Guárico. El año 1931 ingresó a la Escuela de Música y Declamación en Caracas. En 1932 ingresó a la Banda Marcial, dirigi­da entonces por el maestro Pedro Elías Gutiérrez. En 1934 inició estudios de oboe con Mario DalFArgine, de clarinete con el profesor Miguel Gallo y de com­posición con el maestro Vicente Emilio Sojo. Para 1940, Estévez ya impartía clases de armonía. En 1942 contrajo nupcias con Flor Roffé; este año fundó el coro del Liceo Andrés Bello y el orfeón universitario de la Universidad Central de Venezuela. En 1944 egresó como maestro compositor de la Escuela Nacional de Música, formando parte de la primera promoción de compositores egre­sados de la cátedra de composi­ción de Sojo. Entre 1945 y 1949 viajó por Estados Unidos y Europa consolidando su forma­ción musical a través de estudios de dirección orquestal y compo­sición. Desde 1961 vivió en Europa, donde permaneció por un lapso de diez años. En 1971 se residenció en Caracas y creó el Estudio de Fonología Musical de Caracas, el cual dirigió hasta el año 1979. Su obra obtuvo renom­bre internacional por su Cantata Criolla, considerada la obra más significativa del nacionalismo musical venezolano. También pertenecen a su producción los siguientes títulos: Canción de la 'Molinera, para coro mixto, 1943. Concierto para Orquesta, 1949. Premio Nacional de Música, 1950. Diecisiete Canciones Infantiles para Piano, 1956. Polo Doliente, para canto y piano. 1957. Obertura Sesquicentenaria, 1962, Premio Nacional de Música, 1963. Cromovibrafonía Múltiple, para cinta magnetofónica, 1972. 

 Tomado del Libro: Sonido que Es Imagen… Imagen  que es Historia

Juan Bautista Plaza

Uno de nuestros más prolíficos y cultiva­dos compositores fue Juan Bautista Plaza. En 1915 comenzó a formalizar sus conocimientos musicales con el profesor Jesús María Suárez. En 1920, gracias al empeño de monseñor Ricardo Bartoloni, quien había conocido al joven Plaza en el Colegio Francés, recibió una beca del Cabildo Metropolitano de Caracas para realizar estudios en la Pontificia Escuela Superior de Música Sagrada, Roma. A su regreso, en 1923, Plaza asumió el cargo de organista y maestro de capilla en la catedral de Caracas, el cual conservó por veinticinco años. En 1924 recibió la cátedra de Armonía de la Escuela de Música y Declamación. El año 1931, fundó en la Escuela de Música y Declamación la cátedra de Historia de la Música. Entre los años 1933 y 1944 clasificó y restauró los manuscritos del Archivo de Música Colonial Venezolana, hoy en manos del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional. En 1945 siendo director de Cultura y Bellas Artes, creó la Escuela Preparatoria de Música, actual Escuela de Música Juan Manuel Olivares, de la cual fue su director entre 1948 y 1962. Desarrolló una importante labor divulgativa como crítico musical y conferencista. Sus escritos sobre música colonial venezolana se destacan por su gran rigor analíti­co y por sus calificados juicios. Estos trabajos han sido recogidos en el texto Temas de Música Colonial Venezolana, editado en 1991 por la Fundación Vicente Emilio Sojo. Su catálogo de obras comprende más de trescientos títulos que abarcan obras reli­giosas, para orquesta, coro y orquesta, coro a capella, canto y piano, de cámara, entre las cuales están: Elegía para corno inglés y orquesta de cuerdas, 1923.Poema sinfónico El Picacho Abrupto, 1926.Fuga Criolla, para orquesta de cuerdas, 1931.Siete Canciones Venezolanas, sobre poesía de Luis Barrios Cruz, 1932.Misa de Réquiem, 1933.Nocturno, para piano, 1951.Díptico Espiritual para trío de cuerdas y piano, 1952.Diferencias sobre un aire venezolano, para violonchelo y piano, 1953.Sonata a dos pianos, 1955.Divertimento, para flauta, violín, violonchelo y piano. Pequeña Ofrenda Lírica, para bandoneón.
Tomado del Libro: Sonido que Es Imagen… Imagen  que es Historia

Inocente Carreño

Artista de expresión natural y espontánea, Inocente Carreño inició estudios musicales con Lino Gutiérrez, director de la Banda Luisa Cáceres Arismendi de Porlamar, agrupación a la cual ingresó cuando tenía 9 años de edad. Carreño ejecutaba en esta banda la trompeta y el redoblante. Sin embargo, su instrumento predilecto era la gui­tarra, ejecutada en diversos con­juntos musicales de los cuales formó parte en su juventud. En 1932 se trasladó a Caracas y se inscribió en la Escuela de Música y Declamación, actual Escuela Superior de Música "José Ángel Lamas", donde con la guía de Vicente Emilio Sojo egresó en 1946 como maestro compositor. También realizó estudios de trompeta con el profesor Federico Williams y clarinete con César Guzmán. En la Orquesta Sinfónica Venezuela participó en la fila de las trompas. En ocasión de su graduación compuso el poema sinfónico El Pozo. Ha abor­dado el género sinfónico, el de cámara, el vocal y el sinfónico coral. En su música, la melodía se convierte en el medio de expre­sión musical más espontáneo y sincero. Sus obras sinfónicas están rodeadas de una atmósfera delicada y sutil, donde bellos efectos y afortunadas combina­ciones tímbricas nos revelan sus virtuosas dotes de orquestador. Su obra más conocida es Suite Margariteña, obra sinfónica elaborada sobre motivos folklóri­cos de su región natal. Otras obras importantes dentro de su producción son: Azul, madrigal a cuatro voces. Premio Oficial de música vocal 1948.Obertura Na 1. Premio Vicente Emilio Sojo, 1955.Sinfónica Na 1. Premio Vicente Emilio Sojo, 1956.Cuarteto para Cuerdas .Sinfonieta para flauta y piano. Concierto para trompa y orquesta. Premio Vicente Emilio Sojo, 1958.Obertura Sinfónica. Premio Nacional de Música, 1961.Sinfonieta Satírica. Premio Nacional de Música de Cámara, 1965.Diálogo para flauta y orquesta. Cuerpo de Mar, madrigal a cuatro voces. Quinteto de Viento, 1968.                                                                                          

Daniel Milano


Compositor vene­zolano de fuerte raigambre popu­lar, Daniel Milano inició sus estu­dios musicales en la Escuela de Música de la Banda del Ministerio de Guerra y Marina dirigida entonces por el maestro Carlos Bonnet. Los conocimientos que adquirió en esa escuela le per­mitieron participar como instru­mentista, arreglista y compositor en distintas bandas locales, en orquestas de baile y en conjuntos populares. Ingresó luego en la Escuela Superior de Música 'José Ángel Lamas" donde realizó estudios con los maestros Juan Bautista Plaza, Vicente Emilio Sojo y Evencio Castellanos, entre otros. En 1967 recibió el diploma de maestro compositor; como obra de grado presentó el Poema Sinfónico "El Ávila". En 1968 fundó la Escuela de Capacitación Musical "Roberto Marcano", dependencia de la Asociación Musical del Distrito Federal y estado Miranda; esta institución tenía como objetivo la capacita­ción y tecnificación del músico de arraigo popular. Su producción musical ha estado caracterizada fundamentalmente por un afán de resaltar valores vernáculos venezolanos. La amplia gama de estilos y géneros musicales abarcada por él se extiende desde la composición y arreglo de pie­zas para instrumentos solistas y obras de cámara hasta las grandes formas para banda u orquesta sinfónica. Entre sus obras podemos destacar: Diecisiete Valses Venezolanos, 1966-1993.Tres Romanzas para voz y piano. Premio Nacional de Composición 1989. Serie de obras didácticas para coro, 1972-1983. Sonata para arcos, 1965.Elegía para Saxofón y Banda Sinfónica, Premio Nacional de Composición 1990.Concierto para Clarinete y Orquesta, Premio Municipal de Composición 1993.Copla y Folklore, Premio Municipal de Composición 1993, Mención Música Tradicional Venezolana.
Tomado del Libro: Sonido que Es Imagen… Imagen  que es Historia

Diego Silva


Músico de gran capacidad comunicativa. Diego Silva comenzó sus estudios musi­cales en Caracas el año 1970. En 1975 participó en la fundación de la Banda Renacentista de Caracas y en 1977 de la Camerata Renacentista de Caracas, agrupa­ciones en las cuales se desem­peñó como intérprete de diversos instrumentos antiguos y director de la Sección de Instrumentos de Cuerda. Elaboró programas sobre historia de la música occidental para la Emisora Cultural de Caracas y la Radio Nacional de Venezuela. Entre 1975 y 1978 realizó recitales en varias casas de cultura del país. Entre sus obras, las cuales han sido interpretadas en Venezuela, Estados Unidos, Alemania, Cuba, URRS, Reino Unido, España y Nicaragua, podemos citar: Sonatina y Guasa para flauta y guitarra, mejor obra del género en el Concurso del Dúo Hurlong Goldsmith, 1989,Concierto para Guitarra y Orquesta de Cámara, Premio Bienal Antonio Lauro, 1990.Caribe, tientos para guitarra y orquesta, Premio Bienal Antonio Lauro, 1992.Gráficas Sonoras, para cuatro percusionistas, piano y orquesta, Menci( Honorífica del Premio Nacional de Composición, 1992.Para compartir los pájaros, ronda sinfónica infantil, Mención Honorífica, Premio Nacional de Composición, 1992.Oráculo, para flauta, violonchelo y piano, Mención Honorífica, Premio Nacional de Composición, 1992.Ciclos de la Nueva Granada, suite para guitarra sola, Premio Bienal Antonio Lauro, 1994.

Alba Quintanilla

Una de las com­positoras más talentosa y mejor dotada de su generación fue Alba Quintanilla. A los diez años de edad ingresó en la Escuela Superior de Música 'José Ángel Lamas". En esta institución realizó estudios de arpa, canto, piano, clavecín y dirección de orquesta. Obtuvo el título de maestro compositor en 1966. Luego estuvo dos años en Polonia realizando estudios de per­feccionamiento en el Conser­vatorio de Varsovia gracias a una beca que le otorgó el INCIBA y el Ministerio de Educación. Como solista de arpa, piano y clavecín, Alba Quintanilla ha realizado numerosas presentaciones y recitales en Caracas y el interior del país. Fue la primera mujer en dirigir la Orquesta Sinfónica Venezuela, estrenando sus Tres Canciones para Mezzo-Soprano y Orquesta, obra que mereció en 1967 el Premio Nacional de Música. Ha realizado labores docentes en diversas instituciones musicales de Caracas y Maracay. Al poco tiempo de haber ingre­sado en la Escuela Superior de Música, Alba Quintanilla compu­so sus primeras obras para piano, piezas y esbozos en los cuales ya puede percibirse un pensamiento armónico y formal coherente, así como el empleo de ritmos y giros propios de la música venezolana. Entre las obras musicales de Alba Quintanilla podemos mencionar: Ciclo de canciones para soprano y piano, Premio Nacional de Música Vocal 1964.La Aldea, Cantata para tenor solista, coro y orquesta, sobre poemas de M.F. Rúgeles, Premio Nacional de Música Sinfónica Breve 1966.Tres canciones para Mezzo-soprano y orquesta, Premio Nacional de Música Vocal 1967.La Llanura, Cantata para coro mixto y orquesta de arcos, Texto de Vicente Gerbasi. Premio Pedro Nolasco Colón" 1969.Suite Venezolana, para piano.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Cruz Felipe Iriarte

Vine al mundo el 14 de Septiembre de 1922, en la Guaira Estado Vargas, mi nombre de pila es Luis Felipe Iriarte, mis primeros pasos en materia musical se remontan a 1940, con el profesor Juan Bautista Marcano; posteriormente ingreso a la Escuela Superior de Música de Santa Capilla, donde recibo clases de teoría y solfeo y armonía con los Maestros Vicente Emilio Sojo, Primo Mosquini, Antonio Estévez y Salvador Llamoza.para mantener mis estudios realizaba trabajos de albañilería y carpintería, a partir de mi educación musical recibida comienzo a disfrutar de las inmensas alegrías que me dará este arte, comienzo a realizar mis primeras composiciones y me dedico a la formación y dirección de orfeones, corales y estudiantinas tales como: el Orfeón de la Electricidad de Caracas, Orfeón del Instituto Puerto de laGuaira,Orfeon del Cuerpo de Bomberos del Distrito Capital y la Estudiantina de la Escuela Náutica de Venezuela, entre otros. Mi actividad como profesor me ha permitido impartir mis conocimientos en las distintas escuelas municipales del Estado Vargas, en El liceo José María Vargas, El Instituto de Comercio Licenciado Aranda y la Escuela de Formación de la Policía Metropolitana, en Caraballeda. En la actualidad soy profesor de cuatro y guitarra popular en la Escuela de Música Pablo Castellano y Director del Orfeón del Instituto Autónomo Aeropuerto de Maiquetía Simón Bolívar. Entre mis composiciones podemos mencionar: Juana y José, El Frutero, La Negra Dorotea, Esperanza, Creí, El Guaireño, Hortensia, Te Amare, Imposible Lagrimas Tristes, El Negrito Juan y Esto es La Guaira.

Alirio Diaz

En qué edad andaría yo cuando eche mano al cuatro? Sin duda, debí andar flotando por sobre las vaguedades de los sietes y nueve años, cuando ya tocaba ese instrumentos y aprendí a solas un popular valse venezolano,” El ausente”. Pero antes, a lo largo de mi infancia, varios factores del vivir de mi familia hubieron de contribuir afirmativamente a conformar esa sensación musical infantil, aunque los puedo comprender y explicar acudiendo únicamente a la imaginación y la tradición. Aprendí “El ausente” de oído, a fuerza de escucharlo durante los tres días que duraban las fiestas patronales de la Candelaria, interpretado por la banda “Lara” de Carora en las retretas, en los bailes y en la pulpería de mi padre. Pero el hecho de que lo tocase solo en el cuatro, un instrumento que ere entonces esencialmente acompañante y nunca melódico, quizás revelaba que mis instintos musicales estaban más atraídos por la melodía que por el rasgueo tonal. Imitaba cuanto hacían en el cuatro mi hermano Atanasio y Don Chepe Riera. En uno de mis encuentros con este ultimo me desafío a modo de broma “Vamos a ver si eres capaz de tocar esto”. Y se puso a tocar “La mula rucia” haciendo uso solamente del dedo índice de la mano izquierda yo lo imite repitiendo fielmente tal como él lo ejecutaba. “Y de esta otra manera”, continuo con la misma pieza, pero ahora en otro punto (tono), y yo volví a imitarlo fielmente. Desde entonces empecé la conquista de piropos en la aldea, y eran merecidos: había pasado con buenas calificaciones en aquel que vino a ser mi primer examen de admisión al mundo de la música. Al poco tiempo, entre los once y doce años de edad, le eche mano a la guitarra de mi hermana Angela, si bien en la realidad y en la practica el instrumento era de toda la familia una tribu en la que casi todos mis hermanos ¡once en total! Y mis padres lo pulsaban día y noche. Como se ve, tenía que ser a la fuerza una guitarra polígama. Curiosamente, en la candelaria el instrumento gozaba de muy especial popularidad en los años de mi infancia, y desde mucho antes en numerosos hogares se habían escuchado punteos y rasgueos, desde abuelos y bisabuelos hasta los últimos vástagos familiares. Lo propio había ocurrido en nuestra casa, en donde comencé a trastear la guitarra, siempre solo, teniendo como única guía artística el propio instinto. Note a mi favor que muchos acordes tenían posiciones idénticas a las del cuatro y observando como lo hacían mis parientes ¡menos mi padre, por ser zurdo!, fui añadiendo en los tonos los dos bajos del cordaje guitarrístico. A excepción de un solo acorde, precisamente el de la dominante de mí, todos los demás no fueron difíciles de vencer, y fue ese el único para el que tuve que pedir orientación: me fue dada por mi prima Alba Julia.  Tomado del libro: Al divisar el humo de la aldea nativa: Alirio Días