jueves, 18 de noviembre de 2010

Cruz Felipe Iriarte

Vine al mundo el 14 de Septiembre de 1922, en la Guaira Estado Vargas, mi nombre de pila es Luis Felipe Iriarte, mis primeros pasos en materia musical se remontan a 1940, con el profesor Juan Bautista Marcano; posteriormente ingreso a la Escuela Superior de Música de Santa Capilla, donde recibo clases de teoría y solfeo y armonía con los Maestros Vicente Emilio Sojo, Primo Mosquini, Antonio Estévez y Salvador Llamoza.para mantener mis estudios realizaba trabajos de albañilería y carpintería, a partir de mi educación musical recibida comienzo a disfrutar de las inmensas alegrías que me dará este arte, comienzo a realizar mis primeras composiciones y me dedico a la formación y dirección de orfeones, corales y estudiantinas tales como: el Orfeón de la Electricidad de Caracas, Orfeón del Instituto Puerto de laGuaira,Orfeon del Cuerpo de Bomberos del Distrito Capital y la Estudiantina de la Escuela Náutica de Venezuela, entre otros. Mi actividad como profesor me ha permitido impartir mis conocimientos en las distintas escuelas municipales del Estado Vargas, en El liceo José María Vargas, El Instituto de Comercio Licenciado Aranda y la Escuela de Formación de la Policía Metropolitana, en Caraballeda. En la actualidad soy profesor de cuatro y guitarra popular en la Escuela de Música Pablo Castellano y Director del Orfeón del Instituto Autónomo Aeropuerto de Maiquetía Simón Bolívar. Entre mis composiciones podemos mencionar: Juana y José, El Frutero, La Negra Dorotea, Esperanza, Creí, El Guaireño, Hortensia, Te Amare, Imposible Lagrimas Tristes, El Negrito Juan y Esto es La Guaira.

Alirio Diaz

En qué edad andaría yo cuando eche mano al cuatro? Sin duda, debí andar flotando por sobre las vaguedades de los sietes y nueve años, cuando ya tocaba ese instrumentos y aprendí a solas un popular valse venezolano,” El ausente”. Pero antes, a lo largo de mi infancia, varios factores del vivir de mi familia hubieron de contribuir afirmativamente a conformar esa sensación musical infantil, aunque los puedo comprender y explicar acudiendo únicamente a la imaginación y la tradición. Aprendí “El ausente” de oído, a fuerza de escucharlo durante los tres días que duraban las fiestas patronales de la Candelaria, interpretado por la banda “Lara” de Carora en las retretas, en los bailes y en la pulpería de mi padre. Pero el hecho de que lo tocase solo en el cuatro, un instrumento que ere entonces esencialmente acompañante y nunca melódico, quizás revelaba que mis instintos musicales estaban más atraídos por la melodía que por el rasgueo tonal. Imitaba cuanto hacían en el cuatro mi hermano Atanasio y Don Chepe Riera. En uno de mis encuentros con este ultimo me desafío a modo de broma “Vamos a ver si eres capaz de tocar esto”. Y se puso a tocar “La mula rucia” haciendo uso solamente del dedo índice de la mano izquierda yo lo imite repitiendo fielmente tal como él lo ejecutaba. “Y de esta otra manera”, continuo con la misma pieza, pero ahora en otro punto (tono), y yo volví a imitarlo fielmente. Desde entonces empecé la conquista de piropos en la aldea, y eran merecidos: había pasado con buenas calificaciones en aquel que vino a ser mi primer examen de admisión al mundo de la música. Al poco tiempo, entre los once y doce años de edad, le eche mano a la guitarra de mi hermana Angela, si bien en la realidad y en la practica el instrumento era de toda la familia una tribu en la que casi todos mis hermanos ¡once en total! Y mis padres lo pulsaban día y noche. Como se ve, tenía que ser a la fuerza una guitarra polígama. Curiosamente, en la candelaria el instrumento gozaba de muy especial popularidad en los años de mi infancia, y desde mucho antes en numerosos hogares se habían escuchado punteos y rasgueos, desde abuelos y bisabuelos hasta los últimos vástagos familiares. Lo propio había ocurrido en nuestra casa, en donde comencé a trastear la guitarra, siempre solo, teniendo como única guía artística el propio instinto. Note a mi favor que muchos acordes tenían posiciones idénticas a las del cuatro y observando como lo hacían mis parientes ¡menos mi padre, por ser zurdo!, fui añadiendo en los tonos los dos bajos del cordaje guitarrístico. A excepción de un solo acorde, precisamente el de la dominante de mí, todos los demás no fueron difíciles de vencer, y fue ese el único para el que tuve que pedir orientación: me fue dada por mi prima Alba Julia.  Tomado del libro: Al divisar el humo de la aldea nativa: Alirio Días   

martes, 9 de noviembre de 2010

Quinteto Contrapunto

Contrapunto:Es la escritura musical utilizada para componer música polifónica mediante el enlace de dos o más voces. Bajo esta técnica se forma un grupo musical de cinco voces llamado Quinteto Contrapunto, integrado  por el barítono Rafael Suarez en la dirección y los arreglos, el tenor Jesús Sevillano, Morella Muñoz y Aida Navarro mesosopranos, bajo vocal Domingo Mendoza. También fueron parte de esta agrupación las mesosopranos María Auristela Guanche, y Glory López. Así en año 1.962 nace el Quinteto Contrapunto, en pocos meses su éxito fue rotundo Contrapunto logra estilo propio, llegando  incorporar a la música popular Venezolana, la metodología y el tratamiento de la música académica. Para el momento de la aparición del Quinteto Contrapunto en Venezuela no se acostumbraba realizar concierto de música popular Venezolana, esto no fue obstáculo para el Quinteto Contrapunto e incluso fueron conocidos en toda América y Europa. Su primer disco llego a tener tal éxito que fueron vendidas 50.000 copias, solo en Venezuela, a partir de ese momento su aporte a la música Venezolana fue invaluable, dando origen a la aparición de innumerables seguidores de la tradición musical del Quinteto Contrapunto. De su corta pero fructífera vida el Quinteto Contrapunto produjo cinco discos, se grabaron los 4 primeros bajo el sello polidor y el número cinco con el sello vida record.

Ignacio "Indio" Figueredo

Naci el 31 de julio de 1.899 en un fundo denominado: Algarrobitos, Cunaviche Estado Apure mis padres fueron María Luisa Figueredo y Francisco “Pancho” López, fue mi Madre quien  apoyo desde que yo era muy niño mi vocación por el arpa apureña. Pancho López, mi padre fue un buen ejecutante de la bandola y la mandolina, instrumentos que tocaba en los bailes de los caseríos llaneros con él aprendí desde muy joven a cantar los pasajes y joropos recios que sonaban para ese entonces como: quirpas, pajarillos, chipolas y guacharacas. ¡Siempre  se me ha quedado grabado el canto limpio de la bandola! En 1.910 mi familia se establece en el sitio llamado la enmienda en San Juan de Payara, allí aprendí a arrear, enlazar, ordeñar, colear, torear. Yo no tuve maestro, ni escuela que me enseñara las primeras letras, lo lamento. En esa época no se conocía maestro la gente se criaba arriba de un caballo o un burro. En el año 1.911 mi madre contrata a Pedrito Herrera, uno de los mejores arpistas de la región. El baile comenzó a las seis de la tarde y desde su inicio hasta  que clareo el día, estuve parado detrás del taburete del magistral arpista. En aquella época casi no se tocaba el arpa sino bandola, yo no había escuchado el arpa, por cunaviche no se oía el arpa. Me gusto mucho el sonido de los bordones, pase toda la noche oyendo y viendo como afinaba y tocaba. Cuando termino la fiesta le pedí a mi madre  que me comprara un arpa, ella cambio una novilla por un arpa vieja y sin clavijas yo compre las cuerdas, llamadas catalanas y con la ayuda de mi padre logramos enclavijarla y encuérdala  y me puse a practicar lleno de entusiasmo durante cinco días, tratando de reproducir las melodías que le había escuchado a Pedrito Herrera, que por cierto el luego sería mi padrino de confirmación. Mi madre gratamente sorprendida por el talento de su hijo, organiza otro baile para dar a conocer al joven ejecutante cursando invitación al pueblo para que oyeran tocar a un niño. Se dio el baile entonces  toque distintos golpes: quirpas, pajarillos, San Rafael, ante la mirada incrédula de los asistentes. Desde aquel momento fui muy solicitado para animar reuniones familiares, yo era un muchachito alquilado porque desde aquel baile venían y le decían a mi mama yo quiero que me alquile al muchachito para que toque un baile de esa manera fue corriendo la fama de aquel joven virtuoso. Estuve llevando la música a todos los rincones de mi llano, en el día a caballo, como peón y en la noche con el arpa. Todo formaba parte de mi vida, el trabajo y la música se inspiraba mutuamente, por eso es posible escuchar el galope del caballo en la intensidad de un golpe llanero, así como el ganado es envuelto en la melodía del cabestrero y la vaca se entrega ante el canto del ordeño. Por su parte, los amores en el llano se acercan en el impetuoso ritmo de un baile de joropo.      

lunes, 18 de octubre de 2010

Jose "Chelias" Villarroel

Nace en los Millanes, Municipio Adrian, del Edo. Nueva Esparta el 16 de Febrero de 1924. Es llevado al Edo. Zulia por sus padres, regresa a Margarita en 1930. En el mismo año estudia en la escuela de su pueblo natal, la situación económica de la familia determina que a los doce años, Chelias se haga marinero y junto a su padre en la balandra “Esperanza” viaje por los caños del Delta del Orinoco y en innumerables ocasiones a la isla de trinidad. En 1936 abandona el oficio de marino y se perfecciona en el arte de la zapatería y al lado de su abuelo materno, se dedica a la agricultura, en ese periodo empieza a estudiar por su cuenta el arte, la religión, la historia, la poesía, la geografía, y los cantos y la tradiciones margariteñas, especialmente el velorio de cruz y en la literatura universal las  decimas en espinelas. Cuando tenía como doce años, yo escribí mi primera decima se la enseñe a un decimista muy famoso de Carupano, y él me dijo si usted sigue escribiendo así, usted va dar mucho que hacer aquí en Margarita. Me prepare unos tres años primero, como decimista, argumentos, lecciones, trovos, libros. Ya no estaba en la escuela, ya me había retirado de ahí, yo trabajaba zapatería. Tuve hacerlo para mantener a los muchachos, a los hermanitos, a mama, y a papa. que aquella época la alimentación margariteña era muy apegada a la verdura. Un pedazo grande de chaco, con un pancito valía una locha, se comían dos pedazos de chaco y un poco de jugo de tamarindo y estaba listo. El maíz lo train de los caños. Habían barcos de vela aquí cargando, y mujeres desgranando maíz en la calle la Aurora de Juangriego. Ya eso se nos fue se acabo. Eso era bellísimo ¿Dónde está eso? Solo en mi recuerdo por eso digo que esa vivencia contribuyo mucho en mi formación como ser humano y trabajador Luego me inicio en los velorios de cruz, pero ya con tres años de preparación. Cuando yo salgo, que fue en el velorio de los santos viejos, cuando yo me encuentro con esa gente, eso fue una sensación. Yo creo que era una melodía regular y una improvisación tremenda. Me voy preparando por botánica, por ciencia, por zoología, por gramática, por historia, por donde fuera. Me acuerdo que el primero con quien me enfrento es con Alejo Albornoz, era un poeta muy famoso. Entonces, con el transcurso del tiempo, sigo incursionando en los velorios me familiarizo con el conjunto de los hermanos Real. Entro después con el conjunto del gran mandolinista de oriente Cecilio Lunar, comencé cantando con el conjunto de Francisco Mata. En 1980 fundó el conjunto Madreperla…Al recordar a mi Margarita de entonces, me hiere el sentimiento, porque esa paz, esa mansedumbre, esa cordialidad en algunas personas no existe.

Juan Esteban Garcia

Yo oí unos negros cantando. A esos negros, concho, la cara no se les veía, era una música bonita, yo les tenía miedo. Y me metía debajo de la cama pa’ verlos canta sin asustarme, eran los Guarañeros. Lo que más me impresionaba era una mujer grandota bailando, era grandísima. Y después descubrí que eran hombres vestíos de mujer, pero cantaban bonito esa gente. Después de eso yo le cogía el hilo a mi mama, porque no se conocían las cuerdas, cogía una tablita, le hacia un hueco y les ponía las cuerditas, corticas. Mi mama me regañaba ¡Muchacho, me estas botando el hilo! Y yo seguía le pegaba un la lata de sardina atrás, y me pegaba a tocar mi vainita y tocaba eso como cuatro. Porque yo veía la gente tocar y decía ¡Cónchale esta gente toca sabroso! Después me compraron un cuatrico de verdad y yo me puse a tocar, a silbar yo mismo, los valses, los pasajes. Hasta que conocí a Manuel Marcano, que era el que tocaba nuestra bandola. Me oyó, lo acompañe, y él me pregunto que quien me había enseñado. “Nadie yo mismo que me enseñe”. Toco muchas horas, y para el tono que salía con las piezas, ahí estaba yo, acompañándolo, completico. Yo no me pelaba, Entonces me dijo “yo lo voy a enseñar bandola, porque nadie lo enseño a tocar cuatro y está tocando cuatro”. Inclusive el no sabe tocar cuatro… Y toca su bandola. Después conocí al indio Marcano, su hermano ese me cargaba, me llevaba en peso en los pasos de ríos. Me tenía que agarrar, porque yo estaba carajito y no podía con el agua. Me llevaba a tocar a San José de Rio Chico, y yo lo acompañaba. Cuando el dejaba la bandola y se iba por ahí, yo me ponía a practicar con ella. Y oía que la gente decía ¡Cónchale ese muchachito toca mejor que el indio! Después me ajunte con Juan Rebolledo Hernández que le decían El Papaupa de la Bandola de Barlovento. Tuve con el dos años, me quería como un hijo. Juan Rebolledo y yo, por allí por las costas del rio del Guapo, hoy en día le llaman Barro Seco. Yo le saque un pasaje, que se llama Barro Seco. Era el mejor bandolista de Barlovento. Y estaba uno que llamaban el Cante, que tanto le daba a esas maracas como cantaba bueno. Eso lo tengo yo por ahí como recuerdo. Y de ahí me fui agarrando todos los pasajes que tocaban esas gentes, y después que toco lo de ellos, comencé a sacar lo mío. Por ejemplo Los Cantiles, El Barro Seco, después yo tocaba los Yaguazos y un poco de esos golpes. Eso fue como en los años 30 más o menos yo era un carajito como de unos 16 años y ya estaba tocando bandola, la aprendí con un cuatro, porque la bandola era muy grande… Esa bicha no me cabía en la mano.

domingo, 3 de octubre de 2010

Silvino Armas

Toda una leyenda del Joropo Mirandino, Aragüeño y Central; nace en el Sector Las Barrancas de Guatire en el Estado Miranda, en el año 1929. Siendo su Papá, Policarpo Pérez (Arpisto), desarrolla su niñez y adolescencia entre los años 1929 y 1945, época de transición del país bajo los Gobiernos del General Juan Vicente Gómez, Eleazar López Contreras y Medina Angarita. En esta época las condiciones de vida eran muy limitadas, el trabajo en las haciendas como peón, en los trapiches de caña, Alfarerías y en los Cementerios. Esta forma de vida y de trabajo le permitieron a Silvino, nutrirse de las vivencias, costumbres y dialectos, que le facilitaron desarrollar ese repertorio de improvisaciones que lo hacía distinguirse en el Canto del Joropo. Silvino Armas llamado también artísticamente El catire de las Barrancas estuvo residenciado en los Valles del Tuy, específicamente en San Miguel de Cúa, Municipio Rafael Urdaneta con lo cual demostró esa gran compenetración con nuestras tierra tuyeras. Tuvo el apoyo incondicional de su padre Policarpo Pérez (Arpisto), de quien se deduce tuvo mucho tacto, constancia y paciencia para querer hacer de su hijo un gran cantador de joropo con un futuro impredecible. Fueron difíciles los momentos artísticos vividos para ambos, pues Silvino debía superar el miedo escénico muy propio de esa época. También se hizo acompañar de la guitarra incursionando en otros géneros musicales tales como el bolero. Logra codearse con Arpistos de la época los cuales le motivaron e impulsaron a continuar en esta difícil tarea, logrando cantar con los grandes arpistos del momento: Policarpo Pérez (Papá), Marcial Arias, Benigno Pereira Cenizales, Gabriel de Cirilo Ruiz, Don Fulgencio Aquino, Jesús María Gutiérrez, Dionisio Bolívar, Juan Martínez entre otros. Silvino era respetado entre los Cantadores, los cuales siempre lo recordaban en cada joropo entre ellos podemos citar a: El Perico de Miranda, El Lorito de Miranda, Brigido Ríos, El Joven Montoya y Panchito Prin. El último CD que grabó es un trabajo conjunto con Antonio Armas, su hijo, quien es uno de los vocalistas de la muy nombrada agrupación Un Solo Pueblo. Muere el 11 de febrero del 2009 a los 79 años de edad, dejándonos un legado de canciones para nuestro disfrute y unos valores de respeto, amistad y compañerismo bien definidos y que debemos seguir para mantener en alto el trabajo hecho por este insigne cantor.
Por: Jesús E. Castro P.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Jesus Rafael Avila

Su vida transcurre en la más grande pobreza, ayudando a su madre en las faenas diarias de la vida domestica. Apegado a su regazo y tomado de su mano recorría los caminos de su infancia, trabajando buscando leña para cocinar las arepas que eran vendidas en el viejo mercado de Porlamar. Nace en la población del Pilar, los Robles Municipio Maneiro de el Estado Nueva Esparta, al nor-oriente de la Republica Bolivariana de Venezuela el 27 de agosto de 1930. Con el tiempo se hace marino y se dedica a las labores de la pesca en el año 1947 viaja por mar al Litoral Central, específicamente a la Guaira donde trabaja como obrero en la construcción de la autopista Caracas la Guaira. Este extraordinario personaje ha compuesto más de 200 canciones y también ha interpretado géneros cubanos, como el Danzón y boleros, entre sus composiciones más cantadas podemos mencionar: El Gallo de Pascualina, Ciriaco, Nostalgia Margariteña, Rumbo Oriente entre otras.

Jacinto Perez

Desde muy niños nos hicieron creer que solamente en el mal llamado viejo mundo, y en los cuentos de hadas existían reyes. Cierto es, que en la Republica Bolivariana de Venezuela nacieron innumerables y buenos reyes. Uno de estos reyes, del cual no sabemos con certeza ni su nombre, ni lugar exacto de nacimiento unos lo llamaron, Jesús Rafael Blanco González nacido el Tocuyo Estado Lara en 1898, también llamado  por otros como Eduardo Azuaje, nacido el Estado Aragua , varios indican que su lugar de nacimiento fue Petare y otros el Estado Vargas. Lo que si conocemos con certeza que su coronación, fue realizada en 1938 en los estudios de la Emisora Broadcasting Caracas. El maestro de ceremonia fue el gran músico Luis Alfonso Larraín, quien lo presento como Jacinto Pérez el Rey del cuatro, virtuoso ejecutante de este instrumento el cual se atrevió a realizar diferentes tipos de afinación logrando un estilo único, del Rey de los instrumentos Venezolanos.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Fulgencio Aquino

Vengo al mundo el primero de Enero de 1915, en el caserío Sabaneta de la parroquia Tacata, en Municipio Guaicaipuro del Estado Miranda. Entonces vino este señor Jorge Aponte, yo me acuerdo muy bien, usaba las arpas que no eran modernas, de esas anchotas. El mismo hacia sus arpas entonces el vino a tocar esa fiesta esa noche y yo como me gustaba ya esa música me puse al ladito de él a verlo tocar, pero me recuerdo que ese hombre cuando le afincaba las manos a esa vicha, era como si fuera un trueno! Esos bordones sonaban como una tormenta, yo estaba tan emocionado con la música de él que hasta me quede toda la noche al lado, agarrado de una mata para no dormirme. Desde entonces la música ha sido para mí toda mi vida. Ramón Serrano, conuquero de mi pueblo me dio las primeras luces Yo tenía once años, más o menos. Me acuerdo que estaba esperándolo en una subida muy larga ese sol reventaba, yo estaba sentado en una peñota, de repente lo veo que viene subiendo con esa arpa al hombro. Una arpita de cómo un metro más o menos, encordadita, el me la afino y el primer día que me dijo, el primer bordoneo, el primer tipleo, yo lo agarre. De allí para aca, comencé yo a estudiar y estudiar y cuando tenía catorce años, toque la primera fiesta. Me acuerdo que la toque por veinte bolívares. Desde que empecé a tocar el arpa he sentido una emoción y un cariño que le tengo a esa música. En el asunto de las piezas de arpa yo tengo un mapa o como un rollo de alambre en la cabeza, pero de música.El arpa tiene a veces una cosa misteriosa, yo no sé si es que  esta brava con uno, porque a mí me ha sucedido varias veces, o no hace contacto con el genio. Uno la va a agarrar y ella no quiere que la agarre ni la toque. A veces he querido afinar el arpa y me canso y no le encuentro tono y tengo que recostarla de un rincón. Me acuesto o me voy por ahí y como a las dos horas vuelvo y cuando le pongo las manos, ese tono es clarito. Tiene sus horas que no lo quiere a uno. En esos momentos cuando todo sale bien, como que le viene a uno la música y empieza uno a componer y le vienen revelaciones en ese momento. Es por emoción…si el cuerpo esta afligido no le sale nada.

Mario Diaz "El Poeta de Requena"

Considerado como una de las máximas figuras de nuestro joropo central. Su pasión por la música le viene desde muchacho Para los años 60 graba un disco de 45 rpm junto a quien fue su maestro en la música, el gran arpisto   Don Fulgencio Aquino. En 1974 compone y graba su primer LP  dando origen a esa leyenda que aún sigue viva en torno a su persona en su lar natal. Allí, junto al ranchito de su papá, compuso el clásico El ermitaño entrañable canción que ha sido interpretada por una decena de consagrados artistas.
Entre 1974 y 2005, Mario Díaz ha grabado 41 álbumes. Entre sus grandes éxitos se cuentan, además de El ermitaño, hitos como: El tira besitos, Me voy pa' Baruta y Ánima de Pica Pica, en los que da muestra de su amplio dominio de temas  tales como la devoción, la pasión amorosa, lo anecdótico picaresco, la reflexión social y el comentario filosófico. Ha cantado con muchos de los grandes  arpistos  centrales del joropo tuyero, tales como: Valerio Calzadilla, Jorge Pérez, Lino Pérez, Agustín Lázaro, Máximo Bogado y Lino Cardozo; asimismo  con el insigne guitarrista tuyero Gabriel Rodríguez. Ha cantado en Cuba, Colombia y varias naciones centroamericanas y  sin embargo  injustamente  como tantas voces tuyeras, su talento permanece casi clandestino para el público general.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Perucho Aguirre


Es hijo de Mateo Beltrán Aguirre Guerra y Ana Matilde Fernández de Aguirre, y nieto de Pedro Aguirre Guerra, autor del poema Margariteñerías. Tiene herencia poética, y de allí que tampoco le resultó ajeno haber compuesto, a la edad de 14 años, el tema musical "El Posiclero". Se considera autodidacta, o músico por vocación, con aptitudes suficientes para tocar casi todos los instrumentos de cuerda, y algunos de percusión. Tradicionales es, el autor de otros temas como El Piñonate, Las Tetas de María Guevara, El milagro de la Virgen, "Bejazmín" y su acordeón, entre otros, les imprime toque de originalidad. "Qué voy a decir yo; ya saben que nací en La Otra banda (La Asunción), que mi papá se sacó a mi mamá de 14 años, cuando él tenía 17; que nos vinimos para acá y yo nací el 10 de febrero de 1940, y que mi papá falleció cuando tenía 27 años, y mi mamá quedó viuda cuando tenía 24. Muerto mi padre, cuando yo era apenas un niño de ocho años, mi familia hizo lo que hacía toda la gente pobre de Margarita: que si vender matas, que si vender huevos, engordar un cochino, llevar las arepas, y toda esa serie de vainas, pero lo importante es que de la nada hicimos esto, un individuo que se llama Perucho Aguirre, que afortunadamente soy yo". "Quién iba a pensar que lograría ser lo que soy. Así se lo digo a los muchachos, en la vida lo que hay que hacer es el bien, es pensar en la humanidad, en el niño, en el joven, en la casa, en la familia, lograr la sonrisa del hogar, lograr el amor de la mesa, y beber el agua fresca o pura del tinajón, pero con dulzura, sin ácidos, sin drogas, sin desamor, sin desazón. Esa es la conducta y lo que ocurrió conmigo y lo que pasó con Collar de perlas; empezamos dando c..., pero nosotros vencimos el tiempo, y a lo largo de 35 años aquí están los mismos músicos. Pero, ¿por qué creen que eso ocurrió?, porque en nosotros la parte afectiva preponderó, y nos hicimos compadres, a pesar de las diferencias. Por sobre todas las cosas prevaleció el amor, la música, el pueblo de Margarita y el de Maturín que nos acogió. El grupo primero, la casa primero, el agua primero, el pan primero, la escuela primero, el libro primero y la escritura primero".Se remontó a ese andar por toda Venezuela, por las casas, esquinas, y calles de este país diciendo y cantando, y siente que en ese transitar también le acompañan todos los músicos de Margarita.

Natalia Barahona

Nació en Santiago de Chile el 18 de diciembre de 1974. En el año 1976, se mudó con sus padres a Venezuela, en busca de nuevas oportunidades. Desde entonces, ha vivido siempre en San Antonio de los Altos, estado Miranda. La experiencia musical de Natalia se inició a sus 15 años, al participar en festivales liceístas,
de los cuales resultó ganadora en dos oportunidades. Luego, se unió a la Estudiantina del Ateneo de Los Teques. Junto a ellos, realizó varios conciertos en los teatros del estado Miranda y en diversas universidades de Caracas, como la Universidad Central de Venezuela y el Instituto Pedagógico de Caracas. Natalia continuó sus estudios, convirtiéndose en Técnico Medio en Artes Gráficas, en la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas, Caracas, formación que le ha permitido participar en varias exposiciones colectivas en el ámbito nacional. Además, se formó como educadora con especialización en planificación de los aprendizajes, lo cual le permite hoy en día desempeñarse como docente de la Fundación Fe y Alegría. Al mismo tiempo, Natalia realizó estudios de teoría y solfeo con Janicce Williams, en la Fundación Bigott.

Vidal Colmenares

Nació el 14 de Febrero del 1952, a los 15 años comenzó a cantar parradas llaneras en su pueblo. A los 25 años grabo su primer disco, un sencillo 45 rpm con dos pasajes: Mujer ambiciosa, de su autoría y Amor indolente, letra suya y música del arpista Sergio Aranguren quien lo acompaño. Se dio a conocer a través de la radioemisora la voz de Apure en el programa de Freddy Ibáñez. Es patrimonio cultural viviente del Municipio Guanarito.